Claudia Alonso
PSICÓLOGA - COMITÉ DE SALUD MENTAL DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE CIRUGÍA DE LA OBESIDAD
La tapa de la revista Caras publica una foto de la princesa de Holanda con el título “La hija mayor de Máxima luce con orgullo su look plus size”. En vez de poner el acento en la persona, lo pone en su talla, síntoma de una sociedad obesofóbica que estigmatiza. Si bien hay un poco más de conciencia sobre la cuestión, aún hoy muchas personas piensan la obesidad como resultado de la falta de control de la voluntad para dejar de comer.
La polémica tapa de Caras: “Esto es cuestión de género; no se habla de la pelada del príncipe Carlos”Pero el problema es mucho más complejo: el paradigma científico define la obesidad como condición crónica metabólica que trae otras enfermedades, como hipertensión, diabetes y patologías cardiacas que afectan la calidad y la expectativa de vida. Su origen es multicausal e intervienen factores psicológicos, sociales, genéticos, ambientales, políticos, económicos...
En Argentina, una de cada cuatro personas es obesa. Y toda esa gente tiene que vivir en esa sociedad obesofóbica.
Los medios de comunicación tienen un rol protagónico en la difusión de un ideal estético que contribuye a la construcción de una persona sujeta a inagotables exigencias, y que tienen que ver con la perfección del cuerpo, el predominio de lo estético y la juventud eterna como garantía del éxito.
La obesidad se sitúa en el polo opuesto a ese ideal, y empuja a las personas a la insatisfacción con la propia imagen, a la vergüenza, a la culpa y a una valoración negativa de la imagen corporal, lo que puede derivar en trastornos alimentarios, como bulimia o anorexia.